Mauricio Mejía y su pasión por el arte

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Mauricio Mejía y su pasión por el arte


Mauricio Mejía (1951), es un artista que, aunque caracterizado por realizar una obra artística no comercial, es capaz de desarrollar arte en toda la expresión de la palabra y de adicionar sentimiento al nuevo arte nicaragüense.

El trabajo artístico de Mejía es una reacción al trabajo pictórico meramente formalista, pues utiliza objetos de uso común para crear sus obras, desde botellas de coca cola, papel de aluminio, tiras de papel de máquinas sumadoras y sus conocidos “tendederos” hasta finalmente llegar a los desechos, a la basura misma. Y aunque en algunos ambientes, entendidos en la materia consideran la utilización de este tipo de materiales como una pérdida en la calidad artística y una degradación del arte, definitivamente Mejía ha logrado establecer una relación entre el arte y el espectador al margen de lo estético-material.

Con la utilización de dichos objetos, Mauricio Mejía no pretende o quiere hacer buen o mal arte, tampoco gustar o no, el solo y sencillamente trata de elevar a la categoría de arte aquellos objetos que son inútiles, inservibles, basura en el sentido estricto de la palabra. La obra de Mejía a trascendido el sentido estático del arte, dejó -sin abandonar- galerías y museos para realizar un arte de vivencia, un arte verdaderamente humano, un arte donde se encuentran artista y espectador. La obra de Mauricio Mejía no solo es para admirar pues nos obliga a reflexionar, tal es el caso de su obra: “Nuestra Señora de la Chureca , una instalación artística que pretende hacer un Milagro”.

Pero no solo con desechos este artista plástico realiza sus trabajos, una obra pictórica admirable titulada "Acerca del estado de ánimo del poeta ante lo fatal" que está inspirada en el poema "Lo Fatal", de nuestro insigne panida Rubén Darío, es un lienzo en el que Mejía captó en todo su esplendor, el estado de ánimo del poeta cuando lo concibió.

En esta nueva exposición de Mauricio Mejía, tendremos la oportunidad de admirar obras más sencillas e interiores, obras “de corazón abierto” como las califica el autor, siempre utilizando para ello los cotidianos materiales que el ser humano desecha, re-convirtiéndolos en obras de arte.

Julio León Báez

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